Pilar y Juan Carlos viven en la ciudad, trabajan en una lavandería industrial, aprovechando unos días de vacaciones han ido hasta un pequeño pueblo en la sierra de Madrid, donde a pesar de la lluvia, han podido disfrutar de la vida en el campo.
Ordeñar las cabras, comprobar la difícil tarea de llenar el cubo. Marina, les ha enseñado el proceso de transformación de la leche en yogur.
Paseos por el pueblo, las callejuelas estrechas, el lavadero, curioseando entre sus casas de piedra.
Ver como Julián, el herrero, trabaja en la vieja fragua.
Acompañar a Marina a dar de comer a los cerdos fue una tarea divertida.
Muy entretenida la tarde con Wagner, dando de comer a las gallinas, pavos, ocas y hasta ¡¡un avestruz!! Unos cuantos huevos y unas cuantas babas de los mastines. Un rato de pastoreo con las ovejas y por supuesto mimar a los corderos. Ayudar a dar de comer a las vacas y aprender que no hay que perder de vista a Alfonso, el toro.
Se han hospedado en El Refugio donde han cuidado de que nos les faltase de nada, preparando riquísimos platos para recuperar la energía a la llegada de la faena.
Ángeles les contó muchas cosas sobre el pueblo y el valle, les enseñó el Museo de dibujo y la exposición de pintura sobre Refugiados, les encantó. También pasearon entre las esculturas que adornan todos los rincones del pueblo.
Y como broche final asistieron a un campeonato de “Calva”, un juego tradicional, para disfrutar después de una riquísima comida popular, donde rieron y charlaron con toda la gente.
Gracias a todas las personas que los habéis acompañado en esta experiencia de vida rural, creo que no se les va a olvidar, ¡ya están deseando volver!
Os dejamos unas fotos y videos que han hecho Pilar y Juan Carlos para acompañar este pequeño reportaje.